miércoles, 2 de abril de 2008
jueves, 27 de marzo de 2008
PABLO ESCOBAR GAVIRIA
Si existe un nombre en este país y quizas en el mundo que no necesite de ninguna referencia es sin duda el de Pablo Escobar Gaviria. El 2 de diciembre de 1993 cayo el capo del cartel de Medellín y nacía un mito. Desde entonces, la tumba más visitada del cementerio de Montesacro es la de Pablo Emilio Escobar Gaviria, "el muerto más visitado de Colombia", un hombre que comenzó alquilando bicicletas y cómics cuando era niño y terminó poseyendo una fortuna de miles de millones de dólares y un poder que hizo tambalear los cimientos de una nación. Así, a lo largo de su historia, Escobar aparece a veces como un guerrero que despertó la admiración de sectores excluidos que lo consideran un héroe, y otras como un villano que hizo de la muerte un negocio para someter al Estado y a la sociedad.
Su figura y vida ha tomado proporciones míticas tanto en nuestro país como a nivel mundial. En los años 80 fue uno de los diez hombres más ricos del mundo según datos de la revista Forbes. En los 70 un delincuente menor con una única visión: o en sus propias palabras, convertirse, antes de su muerte, en el narcotraficante más importante del siglo XX. Pablo Escobar sin duda lo consiguió.
Nacido el 1 de diciembre de 1949 en la comunidad campesina conocida como El Tablazo, cercana al departamento de Antioquia. Cursó estudios de bachillerato en una escuela de Medellín donde distintas versiones indican que se unió a una banda que se dedicaba a robar lápidas de los cementerios para luego venderlas. De ahí pasó al robo de autos y muy pronto se vio involucrado en el tráfico de marihuana.
Entre 1970 y 1973, cuando se comenzó a hablar del ingreso del alcaloide a Medellín procedente de Perú y Bolivia, Escobar Gaviria ya servía de conexión para el transporte de enervantes y materia prima para procesar cocaína. Concibió y construyó pistas clandestinas dentro de sus múltiples propiedades (Hacienda Nápoles entre muchas) por donde partían y llegaban flotillas de aviones pequeños, piloteados por colombianos, peruanos, bolivianos o norteamericanos. Segun el escritor y periodista Edgar Arias Torres autor del famoso libro "Mercaderes de la Muerte" este fue el marco en el que Pablo Escobar comenzó a amasar, casi dos décadas después, los miles de millones de dólares de su fortuna.
A principios de la década de los 70, realizó múltiples obras de beneficio a la comunidad con dinero proveniente de la droga, lo que le permitió ganarse un gran número de simpatizantes. Del sicariato como del deporte, Pablo Escobar fue uno de sus mayores inversionistas, pero no su tutor o patrocinador de raíz. Cierto es que gracias a las canchas de fútbol que él mismo construyó en los barrios marginados de Medellín y Envigado fichó a las principales figuras de este género delictivo.
Debido a sus múltiples obras benéficas consiguió el apoyo popular de grandes sectores marginados que vieron en el su única alternativa para salir de la agobiante pobreza. Con su apoyo logró ingresar a la Cámara de Representantes por el nuevo liberalismo.
En 1982 Pablo Escobar Gaviria asistió a la posesión de Felipe González como presidente del gobierno español. Escobar, parlamentario colombiano en aquel entonces, fue invitado por el Partido Socialista Obrero Español a la ceremonia antes descrita, en otro de los hechos que corroboran su título como el capo de la mafia que mayor trascendencia política, social, económica, judicial, cultural y hasta deportiva tuvo en el siglo XX.
Una vez en el mundo de la política, no tardaron en identificarlo. Pablo Escobar fue expulsado por sus honorables colegas de partido político, en 1983, (donde aún tras su expulsión mantuvo su influencia), y pronto comenzó a exterminar a todos los que lo denunciaron públicamente, (entre ellos el Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla) siguiendo no sólo su modalidad de acallar testigos, sino que también utilizó otras plataformas de violencia y corrupción que ya estaban montadas, como las escuelas de sicarios.
Crecido en un barrio popular que irónicamente se conoce como La Paz, fue huésped de muchas potencias mundiales incluyendo Estados Unidos, desde cuyos cuarteles de defensa se montaron múltiples operativos junto con la policía y el ejercito de Colombia para aniquilarlo.
Acusado del magnicidio de Luis Carlos Galán Sarmiento, jefe del nuevo liberalismo, Pablo Escobar pareciera ser en ese instante de nuestra historia el culpable de todas las desgracias en Colombia.
Las autoridades le atribuyen en 1989 el hacer estallar un avión de Avianca en pleno vuelo; 197 personas murieron inocentemente, con la intención de asesinar al entonces candidato Cesar Gaviria Trujillo, quien había recibido las banderas del nuevo liberalismo.
En diciembre del mismo año un autobús-bomba estalla frente al edificio del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), sede de la policía secreta, que causó 70 muertes y 500 heridos. Estos tenebrosos atentados y muchos otros mas tendrían entonces una huella inconfundible a juicio de las autoridades colombianas: Pablo Escobar Gaviria. Consecuentemente es declarado entonces el enemigo publico numero 1 de la nación.
Después de prácticamente acorralar al país y arrinconar al gobierno entonces presidido por Cesar Gaviria Trujillo, Pablo Escobar se entrega a la justicia en junio de 1991, con la condición de no ser extraditado a los Estados Unidos. El mismo provee su propia cárcel llamada "La Catedral", la cual mas que un sitio de detención es catalogada como un hotel cinco estrellas. Trece meses mas tarde al ser Pablo Escobar notificado por el propio gobierno que será trasladado de prisión emprende su fuga el 22 de julio de 1992, convirtiéndose en el suceso internacional más bochornoso que Colombia pueda recordar.
Se desatan multiples escandalos y reina la confusión que se riega como pólvora incendiando la dignidad y la competencia de un gobierno, de un pueblo y de toda una nación. Pablo Escobar está libre nuevamente y para muchos peor aún, fortalecido.
El gobierno arrinconado y desesperado crea entonces un cuerpo de élite conformado por 200 efectivos de la Policía y el Ejército colombianos, apoyados estrechamente por todos los cuerpos estatales de seguridad de los Estados Unidos.
Entra a operar el Bloque de Búsqueda liderado por el entonces Ministro de Defensa Rafael Pardo. La cacería no da tregua hora tras hora, dia a dia y mes a mes. Se realizan cientos de operativos y rastréos con la tecnología mas sofisticada existente pero no logran encontrar nada diferente al almuerzo caliente del capo en sus mejores aproximaciones.
Colombia en medio de su frustración no tarda en percibir que la tarea de capturar al Capo iba para largo. País de contrastes no ve alternativa diferente a tomar dicha cacería con un timido humor nervioso. Las columnas en los diarios, los caricaturistas y hasta los programas humorísticos sacan partido de cada nuevo intento fallido del Bloque de Búsqueda.
Diez y seis meses después, tras de una ardua, intensa y sofisticada cacería y sólo protegido por un escolta que también murió en el operativo intentando cubrir la huida de su "patrón", Escobar fue localizado gracias al rastreo electrónico de dos llamadas telefónicas que hizo a su familia en Bogotá.
"A Pablo le quitamos las fortalezas. Se desvertebró la red de taxistas y de bíper que lo protegía. Se empezó a diezmar la estructura que él llamaba militar, pero que era una estructura de delincuentes y sicarios", dice el general Jorge Daniel Castro Castro, quien comandó el cuerpo Élite que debía lograr la captura o la muerte de Escobar.
Las autoridades dieron de baja en enfrentamientos a algunos de sus hombres fieles. El Palomo, Tyson y Chopo, murieron, y otros hombres denominados por las autoridades como "importantísimos" en el cartel, fueron capturados. "Poco a poco esas medidas permitieron que él se fuera quedando solo y comenzara a desesperarse", comenta el general Castro.
Las autoridades impidieron además la salida de sus hijos hacia el exterior, aunque contaban con visas legales expedidas por la embajada estadounidense. La estrategia de acosarlo y agotarlo fue para la policía el medio para aniquilarlo.
Sus perseguidores localizaron el lugar de origen de las llamadas y encontraron en la vivienda prácticamente indefenso al otrora jefe de un ejército de pistoleros que obedecían ciegamente sus órdenes.
Aunque Escobar opuso resistencia disparando al mismo tiempo dos pistolas mientras trataba de escapar por el tejado de la casa en la que se había ocultado tiempo atrás, no logró eludir el fuego de la fuerza élite y su robusto cuerpo se desplomó con el rostro cubierto de sangre.
Aquel 2 de diciembre de 1993 será recordado por el mundo como el día en que murió el gran capo. Tras su muerte, considerada por Estados Unidos como un éxito, muchos respiraron con más paz, pues sabían que Colombia jamás podría permitir que otro hombre adquiriera el poder y manejara la perversidad que manejó Pablo, quien no parecía distinguir entre el bien y el mal, como lo dijo un escritor.
Su muerte no sólo fue celebrada en el lugar por sus verdugos que con expresiones de satisfacción posaron para las fotografías junto al cadáver como si fuera un trofeo: también lo fue por los colombianos en general, encabezados por el presidente de la República, César Gaviria, ex-secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El júbilo también llegó hasta Washington, que a través de la embajada de Estados Unidos en Bogotá calificó la muerte de Escobar como un "éxito".
En efecto, con Escobar desaparecía el cerebro de la campaña más sangrienta de terrorismo indiscriminado que haya azotado a este país, de por sí habituado a convivir desde hace décadas con un estado permanente de violencia derivado del enfrentamiento armado de las guerrillas izquierdistas contra el Estado.
También quedó el mito. Algunos habitantes de los sectores nororientales de Medellín afirman que el Patrón aún se pasea por las calles, como un ciudadano común, un nuevo narco de bajo perfil.
Escobar, quien durante su vida emuló al histórico jefe mafioso estadounidense 'Al Capone', había sentenciado su propia suerte: "prefiero una tumba en Colombia a una celda en Estados Unidos", lema con el que justificó su guerra contra la extradición a ese país.
Sobre las tejas de barro rojo abrasadas por el sol primaveral que la tarde del jueves 2 de diciembre de 1993 brillaba sobre Medellín (noroeste) quedó tendido el cuerpo inerte de un ciudadano colombiano llamado Pablo Escobar Gaviria ('el patrón', 'el rey', 'el benefactor', 'el capo', 'el criminal', 'el mito', ) pero mas que eso, quedó tendido un testimonio de lo que una nación puede llegar a experimentar cuando el poder del narcotrafico ciega la conciencia de los hombres.
Al momento de su muerte, la revista Semana de Bogotá describía así la huella que marcaba en la historia de Colombia:
"No dejó gobernar a tres presidentes. Transformó el lenguaje, la cultura, la fisonomía y la economía de Medellín y del país. Antes de Pablo Escobar los colombianos desconocían la palabra sicario. Antes de Pablo Escobar Medellín era considerada un paraíso. Antes de Pablo Escobar, el mundo conocía a Colombia como la Tierra del Café. Y antes de Pablo Escobar, nadie pensaba que en Colombia pudiera explotar una bomba en un supermercado o en un avión en vuelo. Por cuenta de Pablo Escobar hay carros blindados en Colombia y las necesidades de seguridad modificaron la arquitectura. Por cuenta de él se cambió el sistema judicial, se replanteó la política penitenciaria y hasta el diseño de las prisiones, y se transformaron las Fuerzas Armadas. Pablo Escobar descubrió, más que ningún antecesor, que la muerte puede ser el mayor instrumento de poder."
Su figura y vida ha tomado proporciones míticas tanto en nuestro país como a nivel mundial. En los años 80 fue uno de los diez hombres más ricos del mundo según datos de la revista Forbes. En los 70 un delincuente menor con una única visión: o en sus propias palabras, convertirse, antes de su muerte, en el narcotraficante más importante del siglo XX. Pablo Escobar sin duda lo consiguió.
Nacido el 1 de diciembre de 1949 en la comunidad campesina conocida como El Tablazo, cercana al departamento de Antioquia. Cursó estudios de bachillerato en una escuela de Medellín donde distintas versiones indican que se unió a una banda que se dedicaba a robar lápidas de los cementerios para luego venderlas. De ahí pasó al robo de autos y muy pronto se vio involucrado en el tráfico de marihuana.
Entre 1970 y 1973, cuando se comenzó a hablar del ingreso del alcaloide a Medellín procedente de Perú y Bolivia, Escobar Gaviria ya servía de conexión para el transporte de enervantes y materia prima para procesar cocaína. Concibió y construyó pistas clandestinas dentro de sus múltiples propiedades (Hacienda Nápoles entre muchas) por donde partían y llegaban flotillas de aviones pequeños, piloteados por colombianos, peruanos, bolivianos o norteamericanos. Segun el escritor y periodista Edgar Arias Torres autor del famoso libro "Mercaderes de la Muerte" este fue el marco en el que Pablo Escobar comenzó a amasar, casi dos décadas después, los miles de millones de dólares de su fortuna.
A principios de la década de los 70, realizó múltiples obras de beneficio a la comunidad con dinero proveniente de la droga, lo que le permitió ganarse un gran número de simpatizantes. Del sicariato como del deporte, Pablo Escobar fue uno de sus mayores inversionistas, pero no su tutor o patrocinador de raíz. Cierto es que gracias a las canchas de fútbol que él mismo construyó en los barrios marginados de Medellín y Envigado fichó a las principales figuras de este género delictivo.
Debido a sus múltiples obras benéficas consiguió el apoyo popular de grandes sectores marginados que vieron en el su única alternativa para salir de la agobiante pobreza. Con su apoyo logró ingresar a la Cámara de Representantes por el nuevo liberalismo.
En 1982 Pablo Escobar Gaviria asistió a la posesión de Felipe González como presidente del gobierno español. Escobar, parlamentario colombiano en aquel entonces, fue invitado por el Partido Socialista Obrero Español a la ceremonia antes descrita, en otro de los hechos que corroboran su título como el capo de la mafia que mayor trascendencia política, social, económica, judicial, cultural y hasta deportiva tuvo en el siglo XX.
Una vez en el mundo de la política, no tardaron en identificarlo. Pablo Escobar fue expulsado por sus honorables colegas de partido político, en 1983, (donde aún tras su expulsión mantuvo su influencia), y pronto comenzó a exterminar a todos los que lo denunciaron públicamente, (entre ellos el Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla) siguiendo no sólo su modalidad de acallar testigos, sino que también utilizó otras plataformas de violencia y corrupción que ya estaban montadas, como las escuelas de sicarios.
Crecido en un barrio popular que irónicamente se conoce como La Paz, fue huésped de muchas potencias mundiales incluyendo Estados Unidos, desde cuyos cuarteles de defensa se montaron múltiples operativos junto con la policía y el ejercito de Colombia para aniquilarlo.
Acusado del magnicidio de Luis Carlos Galán Sarmiento, jefe del nuevo liberalismo, Pablo Escobar pareciera ser en ese instante de nuestra historia el culpable de todas las desgracias en Colombia.
Las autoridades le atribuyen en 1989 el hacer estallar un avión de Avianca en pleno vuelo; 197 personas murieron inocentemente, con la intención de asesinar al entonces candidato Cesar Gaviria Trujillo, quien había recibido las banderas del nuevo liberalismo.
En diciembre del mismo año un autobús-bomba estalla frente al edificio del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), sede de la policía secreta, que causó 70 muertes y 500 heridos. Estos tenebrosos atentados y muchos otros mas tendrían entonces una huella inconfundible a juicio de las autoridades colombianas: Pablo Escobar Gaviria. Consecuentemente es declarado entonces el enemigo publico numero 1 de la nación.
Después de prácticamente acorralar al país y arrinconar al gobierno entonces presidido por Cesar Gaviria Trujillo, Pablo Escobar se entrega a la justicia en junio de 1991, con la condición de no ser extraditado a los Estados Unidos. El mismo provee su propia cárcel llamada "La Catedral", la cual mas que un sitio de detención es catalogada como un hotel cinco estrellas. Trece meses mas tarde al ser Pablo Escobar notificado por el propio gobierno que será trasladado de prisión emprende su fuga el 22 de julio de 1992, convirtiéndose en el suceso internacional más bochornoso que Colombia pueda recordar.
Se desatan multiples escandalos y reina la confusión que se riega como pólvora incendiando la dignidad y la competencia de un gobierno, de un pueblo y de toda una nación. Pablo Escobar está libre nuevamente y para muchos peor aún, fortalecido.
El gobierno arrinconado y desesperado crea entonces un cuerpo de élite conformado por 200 efectivos de la Policía y el Ejército colombianos, apoyados estrechamente por todos los cuerpos estatales de seguridad de los Estados Unidos.
Entra a operar el Bloque de Búsqueda liderado por el entonces Ministro de Defensa Rafael Pardo. La cacería no da tregua hora tras hora, dia a dia y mes a mes. Se realizan cientos de operativos y rastréos con la tecnología mas sofisticada existente pero no logran encontrar nada diferente al almuerzo caliente del capo en sus mejores aproximaciones.
Colombia en medio de su frustración no tarda en percibir que la tarea de capturar al Capo iba para largo. País de contrastes no ve alternativa diferente a tomar dicha cacería con un timido humor nervioso. Las columnas en los diarios, los caricaturistas y hasta los programas humorísticos sacan partido de cada nuevo intento fallido del Bloque de Búsqueda.
Diez y seis meses después, tras de una ardua, intensa y sofisticada cacería y sólo protegido por un escolta que también murió en el operativo intentando cubrir la huida de su "patrón", Escobar fue localizado gracias al rastreo electrónico de dos llamadas telefónicas que hizo a su familia en Bogotá.
"A Pablo le quitamos las fortalezas. Se desvertebró la red de taxistas y de bíper que lo protegía. Se empezó a diezmar la estructura que él llamaba militar, pero que era una estructura de delincuentes y sicarios", dice el general Jorge Daniel Castro Castro, quien comandó el cuerpo Élite que debía lograr la captura o la muerte de Escobar.
Las autoridades dieron de baja en enfrentamientos a algunos de sus hombres fieles. El Palomo, Tyson y Chopo, murieron, y otros hombres denominados por las autoridades como "importantísimos" en el cartel, fueron capturados. "Poco a poco esas medidas permitieron que él se fuera quedando solo y comenzara a desesperarse", comenta el general Castro.
Las autoridades impidieron además la salida de sus hijos hacia el exterior, aunque contaban con visas legales expedidas por la embajada estadounidense. La estrategia de acosarlo y agotarlo fue para la policía el medio para aniquilarlo.
Sus perseguidores localizaron el lugar de origen de las llamadas y encontraron en la vivienda prácticamente indefenso al otrora jefe de un ejército de pistoleros que obedecían ciegamente sus órdenes.
Aunque Escobar opuso resistencia disparando al mismo tiempo dos pistolas mientras trataba de escapar por el tejado de la casa en la que se había ocultado tiempo atrás, no logró eludir el fuego de la fuerza élite y su robusto cuerpo se desplomó con el rostro cubierto de sangre.
Aquel 2 de diciembre de 1993 será recordado por el mundo como el día en que murió el gran capo. Tras su muerte, considerada por Estados Unidos como un éxito, muchos respiraron con más paz, pues sabían que Colombia jamás podría permitir que otro hombre adquiriera el poder y manejara la perversidad que manejó Pablo, quien no parecía distinguir entre el bien y el mal, como lo dijo un escritor.
Su muerte no sólo fue celebrada en el lugar por sus verdugos que con expresiones de satisfacción posaron para las fotografías junto al cadáver como si fuera un trofeo: también lo fue por los colombianos en general, encabezados por el presidente de la República, César Gaviria, ex-secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El júbilo también llegó hasta Washington, que a través de la embajada de Estados Unidos en Bogotá calificó la muerte de Escobar como un "éxito".
En efecto, con Escobar desaparecía el cerebro de la campaña más sangrienta de terrorismo indiscriminado que haya azotado a este país, de por sí habituado a convivir desde hace décadas con un estado permanente de violencia derivado del enfrentamiento armado de las guerrillas izquierdistas contra el Estado.
También quedó el mito. Algunos habitantes de los sectores nororientales de Medellín afirman que el Patrón aún se pasea por las calles, como un ciudadano común, un nuevo narco de bajo perfil.
Escobar, quien durante su vida emuló al histórico jefe mafioso estadounidense 'Al Capone', había sentenciado su propia suerte: "prefiero una tumba en Colombia a una celda en Estados Unidos", lema con el que justificó su guerra contra la extradición a ese país.
Sobre las tejas de barro rojo abrasadas por el sol primaveral que la tarde del jueves 2 de diciembre de 1993 brillaba sobre Medellín (noroeste) quedó tendido el cuerpo inerte de un ciudadano colombiano llamado Pablo Escobar Gaviria ('el patrón', 'el rey', 'el benefactor', 'el capo', 'el criminal', 'el mito', ) pero mas que eso, quedó tendido un testimonio de lo que una nación puede llegar a experimentar cuando el poder del narcotrafico ciega la conciencia de los hombres.
Al momento de su muerte, la revista Semana de Bogotá describía así la huella que marcaba en la historia de Colombia:
"No dejó gobernar a tres presidentes. Transformó el lenguaje, la cultura, la fisonomía y la economía de Medellín y del país. Antes de Pablo Escobar los colombianos desconocían la palabra sicario. Antes de Pablo Escobar Medellín era considerada un paraíso. Antes de Pablo Escobar, el mundo conocía a Colombia como la Tierra del Café. Y antes de Pablo Escobar, nadie pensaba que en Colombia pudiera explotar una bomba en un supermercado o en un avión en vuelo. Por cuenta de Pablo Escobar hay carros blindados en Colombia y las necesidades de seguridad modificaron la arquitectura. Por cuenta de él se cambió el sistema judicial, se replanteó la política penitenciaria y hasta el diseño de las prisiones, y se transformaron las Fuerzas Armadas. Pablo Escobar descubrió, más que ningún antecesor, que la muerte puede ser el mayor instrumento de poder."
GACHA
Jose Gonzalo Rodriguez Gacha - El Mexicano - El 15 de diciembre de 1989, la Policía colombiana, tras una espectacular cacería, puso fin a la carrera delictiva de José Gonzalo Rodríguez Gacha, El Mexicano, principal socio del capo Pablo Escobar, y considerado como el más sanguinario y rico de los narcotraficantes colombianos.
Se acaba de morir la cabeza del organismo terrorista más contundente que hay en Colombia, dijo entonces el jefe del Departamento Administrativo de Seguridad, Miguel Maza Márquez.
Su inmensa fortuna, representada en dólares, esmeraldas, lingotes de oro y otras joyas, las guardaba en caletas o guacas enterradas en sus propiedades, de las cuales la más espectacular fue la hacienda Cuernavaca, de 361 hectáreas, ubicada en el municipio de Pacho, Cundinamarca a 80 kilómetros de Bogotá, y donde pastaban 200 finísimos caballos de paso.
Cientos de caza fortunas invadieron los predios de Rodríguez Gacha en busca de las canecas repletas de dinero y del codiciado maletín negro que "El Mexicano" nunca abandonó, pero que el 15 de diciembre de 1989 desapareció misteriosamente.
Noticias - Radio Miami por Max Lesnik- Articulo Relacionado
En Marzo del 2006 dicho maletín negro y las guacas volvieron a salir a la luz pública, cuando se reveló que Estados Unidos recibió 60 millones de dólares para "borrar" cualquier indicio que permita involucrar a los herederos de "El Mexicano" en los múltiples juicios que se le siguen al narcotraficante.
En efecto, los investigadores, según reveló la revista "Cambio", descubrieron un "cerro de documentos incautados durante los allanamientos realizados a propiedades de El Mexicano". Uno de los documentos llamó la atención de los investigadores: era la copia de un acuerdo judicial realizado hace cerca de 10 años en Estados Unidos por un abogado que representaba a los herederos del sanguinario capo?.
Los agentes descubrieron una operación secreta a resultado de la cual la justicia de Estados Unidos obtuvo el dinero en mención, depositados en 24 cuentas manejadas por testaferros de "El Mexicano" en bancos de Hong Kong, Suiza, Luxemburgo y Austria. A cambio de lo anterior, los herederos de Rodríguez Gacha quedaron así liberados de cargos de conspiración para introducir cocaína a ese país y ocultamiento de los frutos de sus actividades ilegales.
El senador Javier Cáceres anunció un debate en el Congreso, pues "si la inmunidad judicial se compra en Estados Unidos con dinero, ¿por qué debe Colombia seguir con lo más duro y sangriento del esfuerzo, y recibir apenas las migajas de los millonarios recursos incautados?
Solo nos falta repetir la frase que hizo popular en Cuba el periodista de La Mesa Redonda Informativa de la Televisión Cubana, Reinaldo Taladrid, Saque Ud. sus propias conclusiones!!
Se acaba de morir la cabeza del organismo terrorista más contundente que hay en Colombia, dijo entonces el jefe del Departamento Administrativo de Seguridad, Miguel Maza Márquez.
Su inmensa fortuna, representada en dólares, esmeraldas, lingotes de oro y otras joyas, las guardaba en caletas o guacas enterradas en sus propiedades, de las cuales la más espectacular fue la hacienda Cuernavaca, de 361 hectáreas, ubicada en el municipio de Pacho, Cundinamarca a 80 kilómetros de Bogotá, y donde pastaban 200 finísimos caballos de paso.
Cientos de caza fortunas invadieron los predios de Rodríguez Gacha en busca de las canecas repletas de dinero y del codiciado maletín negro que "El Mexicano" nunca abandonó, pero que el 15 de diciembre de 1989 desapareció misteriosamente.
Noticias - Radio Miami por Max Lesnik- Articulo Relacionado
En Marzo del 2006 dicho maletín negro y las guacas volvieron a salir a la luz pública, cuando se reveló que Estados Unidos recibió 60 millones de dólares para "borrar" cualquier indicio que permita involucrar a los herederos de "El Mexicano" en los múltiples juicios que se le siguen al narcotraficante.
En efecto, los investigadores, según reveló la revista "Cambio", descubrieron un "cerro de documentos incautados durante los allanamientos realizados a propiedades de El Mexicano". Uno de los documentos llamó la atención de los investigadores: era la copia de un acuerdo judicial realizado hace cerca de 10 años en Estados Unidos por un abogado que representaba a los herederos del sanguinario capo?.
Los agentes descubrieron una operación secreta a resultado de la cual la justicia de Estados Unidos obtuvo el dinero en mención, depositados en 24 cuentas manejadas por testaferros de "El Mexicano" en bancos de Hong Kong, Suiza, Luxemburgo y Austria. A cambio de lo anterior, los herederos de Rodríguez Gacha quedaron así liberados de cargos de conspiración para introducir cocaína a ese país y ocultamiento de los frutos de sus actividades ilegales.
El senador Javier Cáceres anunció un debate en el Congreso, pues "si la inmunidad judicial se compra en Estados Unidos con dinero, ¿por qué debe Colombia seguir con lo más duro y sangriento del esfuerzo, y recibir apenas las migajas de los millonarios recursos incautados?
Solo nos falta repetir la frase que hizo popular en Cuba el periodista de La Mesa Redonda Informativa de la Televisión Cubana, Reinaldo Taladrid, Saque Ud. sus propias conclusiones!!
MUERTE DE PABLO ESCOBAR
MUERE PABLO ESCOBAR
Diciembre 2 de 1993 El señor de las drogasEl día que murió Pablo Escobar se cerró el ciclo de la violencia narcoterrorista. Ese nombre alcanzó fama universal por su sorprendente inteligencia para la maldad.
Por La redacción de SEMANA*
Cinco minutos antes de las 3 de la tarde del jueves 2 de diciembre de 1993, el Ministro de Defensa, Rafael Pardo, se disponía a iniciar las actividades en su oficina, después de un debate en el Congreso, cuando el teléfono de su oficina sonó. Era el subdirector de la Policía Nacional, el general Octavio Vargas Silva: "Cayó Escobar" -le dijo-.
Pardo llamó al presidente César Gaviria y le dio la noticia: "Acaba de caer Escobar". A esa misma hora en Washington, el presidente estadounidense Bill Clinton concluyó una reunión en la Casa Blanca y al dirigirse al despacho oval, un funcionario del Consejo Nacional de Seguridad le entregó un pequeño memo preparado por la oficina de la CIA en Bogotá. La noticia de que uno de los hombres más peligrosos del planeta había muerto ya le había dado la vuelta al mundo.
El desenlace de la historia de Pablo Escobar se había iniciado 15 días antes, cuando el capo adquirió, por intermedio de un testaferro de su organización, la residencia de la calle 79A No. 45D-94, en el sector de Los Olivos, un barrio de clase media cerca del estadio de fútbol Atanasio Girardot, en Medellín. La residencia de dos pisos había sido ubicada por el propio Escobar en desarrollo de su angustiosa costumbre de andar comprando casas por diferentes zonas de Medellín para construir allí caletas y esconderse, lo que explica su manía de reunir decenas de recortes de avisos clasificados del periódico El Colombiano en el fólder que cargaba para arriba y para abajo desde hacía meses, con sus cartas, apuntes y documentos.
Escobar se mudó en la tercera semana de noviembre. Llegó a la casa una noche en un taxi Chevette amarillo en compañía de Alvaro de Jesús Agudelo, apodado 'el Limón', pero tal y como se lo aconsejaban sus normas de seguridad, poco permanecía en ella.
Consciente de que sus llamadas telefónicas eran monitoreadas por el grupo de inteligencia y telecomunicaciones del Bloque de Busqueda, realizaba casi más llamadas para despistar que aquellas que realmente necesitaba hacer. Se movía por varias zonas de la ciudad con un teléfono inalámbrico de muy largo alcance y potencia, que no era otra cosa que una extensión de un aparato fijo que también era cambiado de lugar constantemente por los hombres de Escobar. Esto explica que muchas veces los hombres del Bloque rastrearan una llamada del jefe del cartel de Medellín gracias a la intercepción de las líneas telefónicas locales, y terminaran allanando una casa donde efectivamente hallaban un receptor telefónico con su antena extendida al máximo, pero no encontraban ni el auricular ni a Escobar.
Estas tareas de contrainteligencia del capo exigían de él una disciplina a toda prueba que implicaba que pensara continuamente en producir señales falsas sobre sus desplazamientos, como hacer llamadas por el teléfono inalámbrico desde diferentes sitios de la ciudad y en constante movimiento. Para ello necesitaba dedicar su mente casi exclusivamente a estos asuntos, algo que se le estaba volviendo cada vez más difícil debido a que una creciente preocupación copaba su tiempo y su cabeza: la seguridad de su familia.
Su esposa María Victoria y sus dos hijos Juan Pablo y Manuela estaban en la mira de todos sus enemigos, y en especial del grupo de 'Los Pepes', ese nombre tras el cual se unieron todos los adversarios de Escobar en el mundo del narcotráfico y el paramilitarismo.
De ahí que él estuviera obligado a pensar cada vez más en sacar a su familia del país, y menos en protegerse del Bloque de Busqueda, despistándolo con sus llamadas telefónicas móviles.
Esta desesperación llegó a su clímax el domingo 28 de noviembre, cuando las autoridades alemanas de inmigración le negaron la entrada a ese país a la esposa y a los hijos de Escobar. Fracasaba así el que a la postre sería el último intento del jefe del cartel por ubicar a su familia en un lugar seguro. Desde ese momento, la suerte de Pablo Escobar quedó echada.
Al regresar su familia a Bogotá para ser instalada en Residencias Tequendama bajo protección de la Policía -la institución que con mayor ferocidad había combatido a Escobar en los últimos años- el jefe del cartel se desesperó. Mientras millones de colombianos expresaban su indignación por el despliegue de tropa destinada a proteger a los Escobar y por las comodidades de que estaban gozando, el jefe del cartel tuvo en claro que su esposa y sus dos hijos estaban encerrados en una trampa cuya presa sería él mismo. Por ello, perdió definitivamente la calma y comenzó a cometer errores.
A partir del lunes hizo un total de seis llamadas a Residencias Tequendama. En los sótanos de la escuela Carlos Holguín, sede del Bloque de Búsqueda en Medellín, el rastreo de la llamada por el sistema de triangulación radiogonométrica operado desde hacía 14 meses y casi sin descanso por una joven oficial de la Policía pudo ubicar el lugar desde donde Escobar estaba hablando. De inmediato se desató un operativo del Bloque. Como la ubicación del lugar donde se suponía estaba Escobar parecía tan exacta, la decisión de los hombres del Bloque fue la de enviar un grupo tipo comando, con los 17 mejores hombres de la organización. A las 2:35 de la tarde llegaron al sector de Los Olivos tres furgones del Bloque de Búsqueda. Al acercarse a la zona, desde una camioneta color crema que siempre acompañaba a los agentes y soldados, los equipos electrónicos ofrecieron una confirmación aun más precisa del origen de emisión de las llamadas -la casa adquirida por Escobar 15 días antes-, pues éste seguía hablando por teléfono, esta vez al parecer con un periodista a quien le estaba respondiendo un cuestionario.
El jefe del cartel acababa de almorzar un plato de espaguetis, se había quitado los zapatos y había decidido realizar su llamada telefónica mientras descansaba en su cama. A su interlocutor le dijo: "Espérate que oigo algunos movimientos raros allá afuera". 'el Limón', su guardaespaldas de los últimos días, se asomó a la ventana en el momento mismo en que los hombres del Bloque se acercaban a la puerta por el frente de la casa.
En un acto de desesperación y entrega para con 'el Patrón', Agudelo salió a la calle disparando su pistola 9 milímetros, en una maniobra que pretendía distraer al comando uniformado, y darle la oportunidad a Escobar de escapar por la parte trasera de la casa. La maniobra no alcanzó a funcionar: 'el Limón' cayó abatido en cuestión de segundos en el antejardín, mientras Escobar saltaba desde una ventana del segundo piso hacia el tejado de barro de la casa vecina.
Pero allí lo esperaban dos hombres del Bloque, Escobar comenzó a disparar hasta agotar 12 de las 13 balas que llevaba en su Sig Sauer 9 milímetros, pero no logró escapar. Los dos efectivos del Bloque dispararon con gran precisión. Tres tiros atravesaron la cabeza de Escobar. Dos balas más se alojaron en su pierna derecha, otra en el muslo izquierdo y una más arriba de la cadera.
Por más increíble que pareciera, Pablo Escobar Gaviria había sido abatido por el Bloque de Búsqueda en un operativo de no más de 15 minutos mientras el país intentaba curarse de las heridas que dejó más de una década de terror. A Pablo Escobar se le recordará como hombre capaz de matar a un policía que lo detenía en la calle; al juez que lo mandaba a la cárcel; al militar que le quemara un laboratorio; al periodista que denunciara su poder de corrupción. Su poder estaba basado en la cocaína y la muerte. Muchos pensaron que con Escobar morían los carteles, el narcotráfico y el crimen organizado. Pero el día que murió Escobar empezó a incubarse un nuevo enemigo. Carlos Castaño y Diego Murillo 'Don Berna', por mencionar sólo algunos, quienes fueron activos miembros de 'Los Pepes' y contribuyeron a la muerte de Escobar, poco tiempo después emularían sus métodos de terror desde el paramilitarismo.
Diciembre 2 de 1993 El señor de las drogasEl día que murió Pablo Escobar se cerró el ciclo de la violencia narcoterrorista. Ese nombre alcanzó fama universal por su sorprendente inteligencia para la maldad.
Por La redacción de SEMANA*
Cinco minutos antes de las 3 de la tarde del jueves 2 de diciembre de 1993, el Ministro de Defensa, Rafael Pardo, se disponía a iniciar las actividades en su oficina, después de un debate en el Congreso, cuando el teléfono de su oficina sonó. Era el subdirector de la Policía Nacional, el general Octavio Vargas Silva: "Cayó Escobar" -le dijo-.
Pardo llamó al presidente César Gaviria y le dio la noticia: "Acaba de caer Escobar". A esa misma hora en Washington, el presidente estadounidense Bill Clinton concluyó una reunión en la Casa Blanca y al dirigirse al despacho oval, un funcionario del Consejo Nacional de Seguridad le entregó un pequeño memo preparado por la oficina de la CIA en Bogotá. La noticia de que uno de los hombres más peligrosos del planeta había muerto ya le había dado la vuelta al mundo.
El desenlace de la historia de Pablo Escobar se había iniciado 15 días antes, cuando el capo adquirió, por intermedio de un testaferro de su organización, la residencia de la calle 79A No. 45D-94, en el sector de Los Olivos, un barrio de clase media cerca del estadio de fútbol Atanasio Girardot, en Medellín. La residencia de dos pisos había sido ubicada por el propio Escobar en desarrollo de su angustiosa costumbre de andar comprando casas por diferentes zonas de Medellín para construir allí caletas y esconderse, lo que explica su manía de reunir decenas de recortes de avisos clasificados del periódico El Colombiano en el fólder que cargaba para arriba y para abajo desde hacía meses, con sus cartas, apuntes y documentos.
Escobar se mudó en la tercera semana de noviembre. Llegó a la casa una noche en un taxi Chevette amarillo en compañía de Alvaro de Jesús Agudelo, apodado 'el Limón', pero tal y como se lo aconsejaban sus normas de seguridad, poco permanecía en ella.
Consciente de que sus llamadas telefónicas eran monitoreadas por el grupo de inteligencia y telecomunicaciones del Bloque de Busqueda, realizaba casi más llamadas para despistar que aquellas que realmente necesitaba hacer. Se movía por varias zonas de la ciudad con un teléfono inalámbrico de muy largo alcance y potencia, que no era otra cosa que una extensión de un aparato fijo que también era cambiado de lugar constantemente por los hombres de Escobar. Esto explica que muchas veces los hombres del Bloque rastrearan una llamada del jefe del cartel de Medellín gracias a la intercepción de las líneas telefónicas locales, y terminaran allanando una casa donde efectivamente hallaban un receptor telefónico con su antena extendida al máximo, pero no encontraban ni el auricular ni a Escobar.
Estas tareas de contrainteligencia del capo exigían de él una disciplina a toda prueba que implicaba que pensara continuamente en producir señales falsas sobre sus desplazamientos, como hacer llamadas por el teléfono inalámbrico desde diferentes sitios de la ciudad y en constante movimiento. Para ello necesitaba dedicar su mente casi exclusivamente a estos asuntos, algo que se le estaba volviendo cada vez más difícil debido a que una creciente preocupación copaba su tiempo y su cabeza: la seguridad de su familia.
Su esposa María Victoria y sus dos hijos Juan Pablo y Manuela estaban en la mira de todos sus enemigos, y en especial del grupo de 'Los Pepes', ese nombre tras el cual se unieron todos los adversarios de Escobar en el mundo del narcotráfico y el paramilitarismo.
De ahí que él estuviera obligado a pensar cada vez más en sacar a su familia del país, y menos en protegerse del Bloque de Busqueda, despistándolo con sus llamadas telefónicas móviles.
Esta desesperación llegó a su clímax el domingo 28 de noviembre, cuando las autoridades alemanas de inmigración le negaron la entrada a ese país a la esposa y a los hijos de Escobar. Fracasaba así el que a la postre sería el último intento del jefe del cartel por ubicar a su familia en un lugar seguro. Desde ese momento, la suerte de Pablo Escobar quedó echada.
Al regresar su familia a Bogotá para ser instalada en Residencias Tequendama bajo protección de la Policía -la institución que con mayor ferocidad había combatido a Escobar en los últimos años- el jefe del cartel se desesperó. Mientras millones de colombianos expresaban su indignación por el despliegue de tropa destinada a proteger a los Escobar y por las comodidades de que estaban gozando, el jefe del cartel tuvo en claro que su esposa y sus dos hijos estaban encerrados en una trampa cuya presa sería él mismo. Por ello, perdió definitivamente la calma y comenzó a cometer errores.
A partir del lunes hizo un total de seis llamadas a Residencias Tequendama. En los sótanos de la escuela Carlos Holguín, sede del Bloque de Búsqueda en Medellín, el rastreo de la llamada por el sistema de triangulación radiogonométrica operado desde hacía 14 meses y casi sin descanso por una joven oficial de la Policía pudo ubicar el lugar desde donde Escobar estaba hablando. De inmediato se desató un operativo del Bloque. Como la ubicación del lugar donde se suponía estaba Escobar parecía tan exacta, la decisión de los hombres del Bloque fue la de enviar un grupo tipo comando, con los 17 mejores hombres de la organización. A las 2:35 de la tarde llegaron al sector de Los Olivos tres furgones del Bloque de Búsqueda. Al acercarse a la zona, desde una camioneta color crema que siempre acompañaba a los agentes y soldados, los equipos electrónicos ofrecieron una confirmación aun más precisa del origen de emisión de las llamadas -la casa adquirida por Escobar 15 días antes-, pues éste seguía hablando por teléfono, esta vez al parecer con un periodista a quien le estaba respondiendo un cuestionario.
El jefe del cartel acababa de almorzar un plato de espaguetis, se había quitado los zapatos y había decidido realizar su llamada telefónica mientras descansaba en su cama. A su interlocutor le dijo: "Espérate que oigo algunos movimientos raros allá afuera". 'el Limón', su guardaespaldas de los últimos días, se asomó a la ventana en el momento mismo en que los hombres del Bloque se acercaban a la puerta por el frente de la casa.
En un acto de desesperación y entrega para con 'el Patrón', Agudelo salió a la calle disparando su pistola 9 milímetros, en una maniobra que pretendía distraer al comando uniformado, y darle la oportunidad a Escobar de escapar por la parte trasera de la casa. La maniobra no alcanzó a funcionar: 'el Limón' cayó abatido en cuestión de segundos en el antejardín, mientras Escobar saltaba desde una ventana del segundo piso hacia el tejado de barro de la casa vecina.
Pero allí lo esperaban dos hombres del Bloque, Escobar comenzó a disparar hasta agotar 12 de las 13 balas que llevaba en su Sig Sauer 9 milímetros, pero no logró escapar. Los dos efectivos del Bloque dispararon con gran precisión. Tres tiros atravesaron la cabeza de Escobar. Dos balas más se alojaron en su pierna derecha, otra en el muslo izquierdo y una más arriba de la cadera.
Por más increíble que pareciera, Pablo Escobar Gaviria había sido abatido por el Bloque de Búsqueda en un operativo de no más de 15 minutos mientras el país intentaba curarse de las heridas que dejó más de una década de terror. A Pablo Escobar se le recordará como hombre capaz de matar a un policía que lo detenía en la calle; al juez que lo mandaba a la cárcel; al militar que le quemara un laboratorio; al periodista que denunciara su poder de corrupción. Su poder estaba basado en la cocaína y la muerte. Muchos pensaron que con Escobar morían los carteles, el narcotráfico y el crimen organizado. Pero el día que murió Escobar empezó a incubarse un nuevo enemigo. Carlos Castaño y Diego Murillo 'Don Berna', por mencionar sólo algunos, quienes fueron activos miembros de 'Los Pepes' y contribuyeron a la muerte de Escobar, poco tiempo después emularían sus métodos de terror desde el paramilitarismo.
LAZOS FAMILIARES

LAZOS FAMILIARES
ÁLVARO URIBE VÉLEZ, PABLO ESCOBAR GAVIRIA
Y LOS OCHOA
Por JULIO CÉSAR GARCÍA VÁSQUEZHistoriador / Especial para La otra Verdad Periodismo Investigativo
Investigar el árbol genealógico de los personajes de la vida pública colombiana es una tarea casi imposible, la cual puede contener más de una sorpresa. Este es el caso de los lazos familiares de nuestro Presidente Álvaro Uribe Vélez. Hay que aclarar que este artículo sobre los nexos familiares del personaje público más importante del país, a quien la mayoría de los colombianos aptos para votar eligieron desde el 2002, no tiene la intención de menoscabar la intimidad ni el prestigio de las personas respetables, de bien, que hacían parte o componen su familia.
Simplemente son hechos que quedaron en la historia y que nadie puede cambiar. Esta investigación periodística, amparada por la Constitución Nacional, es sólo un ejercicio de Genealogía avalado por la ley, máxime cuando se trata de personalidades de la vida nacional.
La Genealogía, considerada como otra de las ciencias auxiliares de la historia, estudia el pedigrí o árbol familiar de un individuo. Para esto se analizan los nombres y relaciones entre los parientes vivos y muertos, con base en documentos y evidencias de varias características, con el fin de poder armar el árbol genealógico.
Veamos: Es de amplio conocimiento que Pablo Escobar Gaviria y José Obdulio Gaviria Vélez, son respectivamente hijos de Herlinda y José Gaviria Berrio. Por lo tanto, su abuelo común era Roberto Gaviria, hijo de Braulio Gaviria Vélez, este a su vez hijo de Pedro Luis Gaviria Vélez, quien era hijo de Francisco Gaviria Gallón. Francisco Gaviria Gallón era hijo de Antonio y sobrino de Miguel Gaviria Mazo.Miguel Gaviria Mazo se casó con María Josefa Ochoa Londoño, siendo los padres de Rafael Gaviria Ochoa y abuelos de María Necostrata Gaviria Castro.De María Necostrata nació Feliciana Echeverri Gaviria.De Feliciana nació Eduardo Sierra Echeverri.De Eduardo nació Cecilia Sierra Velásquez.De Cecilia nació Alberto Uribe Sierra, casado con Laura Vélez Uribe.De Alberto y Laura nació Álvaro Uribe Vélez.
LOS VÍNCULOS CON LOS OCHOA
Roberto Vélez Ochoa se casó con Norma, siendo su cuñado Fabio Ochoa Restrepo, el padre de Jorge Luis Ochoa Vásquez y el Clan Ochoa.
El abuelo de Álvaro Uribe Vélez fue Martín Emilio Vélez Ochoa (hermano de Roberto y cuñado de Norma) y el abuelo de Jorge Luis Ochoa Vásquez fue Tulio Ochoa. Estos abuelos, a su vez, eran hijos, respectivamente, de Laura y Abelardo Ochoa Restrepo, hijos a su vez de Vespaciano Ochoa González que viene a ser el tercer abuelo común, tanto de Álvaro Uribe Vélez como de Jorge Luis Ochoa Vásquez.
Si continuamos por este camino, encontramos que los abuelos comunes siguen siendo:Nicolás Ochoa Zapata era tío de María Josefa Ochoa Londoño, cuñada de Antonio Gaviria Mazo, quien, como ya dijimos, es un quinto abuelo común de Pablo Escobar Gaviria y José Obdulio Gaviria Vélez.
Ya dijimos que Norma Ochoa Restrepo se casó con su primo segundo Roberto Vélez Ochoa, siendo padres de Mario y Juan Diego Vélez Ochoa, de quienes el Nuevo Herald del 28-06-2005 dice pertenecen al grupo paramilitar de “LOS ERRE”.
Jorge Luis Ochoa Vásquez se casó con María Elia Posada Echeverri, por lo cual Jorge Luis es cuñado de Juan Emilio Posada Echeverri, quien fue presidente de ACES y de Avianca, luego Ejecutivo Corporativo en Jefe del Grupo Synergy, y ahora el más firme candidato a quedarse con la concesión del Aeropuerto Eldorado, en sociedad con unos empresarios Chinos.
María Elia y Juan Emilio Posada Echeverri son hijos de Guillermo y sobrinos de Noemí Posada Saldarriaga, esta última, madre de la embajadora en España Noemí Sanín Posada, quien fue Candidata a la Presidencia de la República, siendo su fórmula vicepresidencial Fabio Villegas Ramírez, el actual presidente de Avianca, que reemplazó a Juan Emilio en ese cargo.
NEXOS POLÍTICOS EN LA CASA DE NARIÑO
El hombre fuerte de la Casa de Nariño, Fabio Echeverri Correa, es el sobrino político de Gladis De Greiff Ramos, cuñada de Darío Moreno Restrepo, el padre de Lina Moreno Mejía, la esposa de Álvaro Uribe Vélez y Primera Dama de la Nación. Fabio Echeverri Correa viene a ser primo tercero de Héctor Abad Gómez, quien fue suegro del Ministro de Comercio Jorge Humberto Botero Angulo, activo negociador el TLC PI”
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